La Emilia , un pueblo muy querido pero también tierra de nadie, se afirma en las redes sociales, ¿Que será lo que quieren lograr?
Se fue el banco, se fue el sanatorio y nos dejan con un dispensario que atiende a medias y a menos cada vez.
Como si no alcanzara, sacan el pago de jubilados sin previo aviso, casi una burla, dicen por lo bajo, y el cajero no funciona bien para todas las tarjetas.
La Emilia, la delegación donde el registro civil funciona dos días a la semana, se convierte en tierra de nadie, como se escucha decir por lo bajo para que no se entere el depositario del voto en las urnas.
La historia de La Emilia está llena de progresos, crisis y por qué no soledades. Pero sobre todas las cosas está llena de recuerdos y de nostalgia. Eso sí, con un alto sentido de pertenencia por los que la habitan. La Emilia olvidada aún espera luces y servicios, entre nostalgias y promesas, son también al igual que los nicoleños que viven del otro lado de la autopista, los que votan plazas y cemento.