Como de costumbre, a Mónica Guidi le molesta que pasen cosas en el municipio que la colocó como autoridad educativa.
Guidi, calificó la muestra de los alumnos de la escuela de arte, en el parque San Martín como algo grave. Lo grave es que Mónica Guidi haya sido nombrada inspectora sin haber sido directora titular, pero tiene la palabra y el dedo acusador para intentar sancionar a la docente que propuso éste trabajo con sus alumnos.
La misma avaló que el municipio retirara del parque San Martín las esculturas y las llevaran al corralón municipal. El municipio y Guidi, incautaron esculturas como si fuera droga y sus autores como si hubieran cometido un delito. En éste caso todo bien cultural debe ser protegido, pero la censura que avalan las autoridades municipales con la complicidad de las autoridades educativas raya en el autoritarismo y la grave falta de comprensión artísitca y política de la realidad.
Guidi afirmó en el diario municipal: “No sabemos si hay algo político. Si es político me parece terrible y si no lo es hay un desconocimiento total por parte del docente”. Lo que desconoce Guidi es que toda expresión artística es política. Pero, estamos acostumbrados a que la autoridad de Guidi se base en obedecer al ejecutivo municipal, que según confiaron a éste medio, le habrían ordenado limpiar a la docente cuestionada: a ésta, borrala, habrían sido las palabras que utilizó Manuel Passaglia dirigiéndose a la inspectora distrital.
Habría que preguntarle a Guidi y a Manuel Passaglia de Cambiemos, si lo que molesta es una expresión artística o la realidad, que en éste caso la simboliza. Escultura de niños revolviendo tachos de basura desempolva lo que no quieren que se muestre en la ciudad del acero o de María o de los patrones.
La realidad que no puede taparse es lo que hay que ocultar. Recordemos que Guidi no ve abusos en las escuelas, si sus protagonistas forman parte de la elite local, entre otros detalles.
Nuestro medio repudia el accionar represivo del municipio de San Nicolás y apoya a la docente y a los estudiantes de la escuela de Arte de San Nicolás.
La verdad tiene que saberse.