Nunca se la vió pisar tierra a la Doctora González, repudiada por sus pares radicales y en el recinto del Concejo Deliberante donde más de una vez recibió insultos por los presentes. La aprobadora serial de tasas, boleto de colectivo y cuánta obra necesite aprobar su amigo íntimo, no tiene empacho en clavarle el voto positivo.
Jamás pisó el barro, un dispensario, una calle rota, un barrio anegado sin pavimento, y mucho menos pisó La Emilia cuando se inundó. Y no tiene cara ahora para hacerse la militante y buscar un votito para ser concejal otra vez.
Las autoridades radicales la acusaron a la concejal de “facilitar la sesión destituyente” cuando por su voto y su envidia, produjo el recambio de autoridades que tenía como presidenta a Jorgelina Glorio, a la que no le llega ni a los talones, dicen las malas lenguas y las buenas también.
Las paradojas no tardan en situarse frente a uno y los archivos para eso están. Los mismos que repudiaron y no acompañaron la decisión unipersonal ejercida por la concejal Adriana González, quien facilitó con su firma la realización de la sesión destituyente, en una declaracion radical, son los mismos que hoy la avalan porque son del palo, y en política todo se olvida; hoy le bancan la banca el mismo Paqualin, DiLeo, Novau y los mismos otros… como dice la declaración.
“La política es crecer, es buscar las mejores condiciones de vida para los nicoleños”, dijo la edil en el diario local en aquel momento; y ya sabemos los nicoleños lo que eso significa, “que los favores con favores se pagan”: poner a su hija como abogada de Defensa al Consumidor, y echar a Silvana Maldonado para poner a su hijo como secretario legislativo. Pero por lo bajo sostienen que hubo más intercambios de favores, como a su compañero Armanino que le perdonaron a cambio, las deudas municipales de su negocio.
No tenés cara, se escuchó por las calles donde la vieron pasar. No la quieren en los barrios, no la quieren ni los radicales ni los de la coalicion cívica, pero le conviene a Cambiemos. Tu voto lo hace posible.
No le preocupa saber que nunca será una concejal de la gente, porque es la concejal de las empresas.