Columnistas | 20 oct 2024
En el dia de las madres
Esa Mujer
“Vous pouvez détruire tout ce qui vous plaira (Pueden destruir todo lo que deseen) Elle n'a qu'à ouvrir l'espace de ses bras (Ella solo tiene que abrir el espacio de sus brazos) Pour tout reconstruire, pour tout reconstruire, (Para reconstruirlo todo, para reconstruirlo todo) je l'aime à mourir (la amo hasta morir)” Francis Cabrel
Por: Belén Mozzicafredo
Feliz dia a todas las madres lectoras de esta columna, feliz estoy por tenerlas, y por la transmisión cultural que hacen, que hacemos, en esta Matria que es lo único certero que veo hoy dia, lo único seguro, el ultimo bastión de nuestra espesura natural que cobra sentido verdadero.
Pero como esto va de política, y me atraviesa la literatura y la filosofía, verán lectores y lectoras que no solo habrá flores y regalos, habrá un poco de reclamo y de denuncia a eso de que “el que no quiere a su madre no quiere a su patria”. Y además un especial apartado para reflexionar sobre la conjunción de ese mundo de las ideas y de las cosas sensibles que estos últimos tiempos necesitamos para sobrevivir y que tan bien ha logrado descifrar la última premio nobel de Literatura Han Kang. A la una, a las dos y a las…
Rea, así se llama la titán que da origen a esta historia, es madre de dioses y madre de todas las madres, la de Zeus en este caso, el más importante y conocido de sus hijos, porque gracias a su plan estratégico no fue devorado por su padre Cronos. Hombre al fin, tiene algo en común con todos los humanos, el ombligo, que le dejo el paso por su madre. Queda claro que Rea le dejo a Zeus el ónfalos y la fuente del meandro de la que bebería para no morir. Madre eran las de antes dice el refrán, pero no, hoy también hay madres así.
Política y mitología, la yuxtaposición perfecta para este dia, como cierre de la semana, con Rea y Zeus, y el agua del meandro que venimos a ser los mortales y simples militantes, que mantenemos vivos a nuestros líderes, y les damos un poder eterno sobre nuestras ideas y sobre nuestras emociones.
Rea tuvo muchos hijos, al final de la historia, todos van a estar vivitos y coleando, gracias al que decidió esconder de Cronos, y lo dejó al abrigo de sus abuelos Gea y Urano. La mitología sigue y si… Zeus trato de joder a su madre, literalmente hablando.
El partido justicialista no es el Olimpo, y los mortales que lo habitan no son dioses, ni titanes, ni inmortales. Pero en este momento se sienten las fuerzas del choque entre Rea y un Zeus aún adolescente. Yo escucho el grito “mal agradecido” y también la respuesta “no te pedí nacer”. Dicen que todos y todas tenemos que pasar por la adolescencia, y rompernos para construirnos como adultos, en eso de encontrar el significado. Pero en este caso, en que estos cuadros grosos no se ponen de acuerdo los que pagamos los platos rotos somos los exprimidos que formamos su meandro.
Lamentablemente Zeus tendría que pensar un poco como termina su profecía: todos sus hermanos y hermanas, a los que una vez salvo, se ponen de acuerdo para terminar su reinado. Y se nota ya en esas caras que vemos en las fotos, en esos gestos, en esos ojos inyectados de soberbia y envidia, llenos de ambición, sin darse cuenta aún que fue Rea la que domino al Leo, y como Cibeles lo ato a su carro para que sea su burro de carga.
No hay mucho que pensar, las historias se repiten, somos miméticos hasta el infinito, simples mortales que tenemos escrito en el firmamento el dia que nacemos y el dia que morimos, en este juego del universo, en esta simple exhalación del tiempo, de Cronos comiéndose a todos sus hijos e hijas.
Pero en este dia de las madres, semana de la lealtad, cierre de listas para elecciones partidarias, premio nobel de literatura que leyó a Borges, un país pendiente de un hilo por un Zeus que se olvida de donde viene, y a quien le debe su vida, existen varios puntos que apuntan como flechas el futuro. Rea ya hizo todo, su destino está cumplido, lo que le queda, desde ahora, es como buena madre ordenar a quienes se desvían del proyecto, por mirarse el ombligo y no termine todo en el Caos, Zeus está lleno de traidores y malandras a su alrededor que no dudaran en quitarle el poder.
En este mito de sucesión en el Olimpo, ya se ve a “todos” esperando un milagro: un poco de humildad, y que el mundo siga girando, porque al final, a las y los mortales lo único que les importa es que siga “saliendo el sol”, aunque el sol ni se mueva.
Pero la cuestión es que hoy nos sigue intrigando la predicción del futuro como hace miles de años. Los métodos han cambiado. En Delfos las respuestas las comunicaba los dioses, hoy pretendemos usar la razón y el sentido común, aunque las encuestas, nuestras actuales pitonisas se equivocan y sus respuestas a veces son incomprensibles. Nos cuesta horrores esto de unir el mundo de las ideas y los sensible. Por eso es importante leer “La clase de griego” de Kang, que no gano el premio nobel, como aspiraba nuestro presidente, por dividir y hambrear, sino por mostrarnos de una forma muy sutil y sencilla cómo es eso de que el mundo de las ideas y el mundo de lo sensible que tanto explicaba y dividía Platón pueden encontrarse en un punto, donde todo cobre un sentido de presencia.
Rea no es Cristina, y Zeus no es Axel. Y yo no soy Hesíodo, eso está claro, pero bien sirve de ejemplo.
Celebremos ese ombligo que nos recuerda que somos humanas y humanos, y que dependemos de alguien, que se abrió desde el caos, ese estado prístino, para que pueda haber vida como la conocemos hoy. Honrémosla y que las Moiras nos sigan hebrando y cortando el cordón que con ella comienza. Aguardemos con interés recordar quiénes somos, qué pensamos sobre lo que vemos y sobre todo reinventar nuevas formas de “estar ahí” sin herirnos. Para no poner en el epitafio de nuestra tumba, como pidió Borges: “El tomo su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos”.
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