Política | 29 sep 2024
Libertalismo
Celsius 52.9
"Era un placer quemar. Era un placer especial ver cosas devoradas, ver cosas ennegrecidas y cambiadas." Ray Bradbury
Por: Belén Mozzicafredo
Por Belén Mozzicafredo
Entonces, sin robar ninguna idea, porque lo que escribimos, lectores, es intertextualidad, o un simple juego para entender que todo ya ha sido escrito, pero no todo está dicho, y estamos en permanente reescritura, Celsius 52.9 es la temperatura a la que se derrite la clase media en Argentina.
Como manteca, va chorreando, a la clase pobre, sobre esta parilla cruel que hemos de llamar libertalismo. Y miren lectores que es noble la manteca, porque dura más de seis meses si la conservamos a temperatura fresca.
A 52.9 Celsius, Susana Giménez debería parecerse a cualquier mujer que barrió el patio de su casa, una tarde de verano, con una escoba a medio gastar. Pero como se ha convertido en tan injusto este país en estos últimos nueve meses, seguiremos viendo como a algunos no se les mueve ni un pelo, ni les cae ni una gota, ni de sudor ni de lágrimas, por más que el termómetro social esté ardiendo. Porque, punto seguido lectores, lo que perdemos unos se los están quedando otros, que no aparecen en el INDEC sino en la revista FORBES.
Tejido social, eso nos va a faltar, y cuando falta el tejido social, al igual que cuando falta el tejido literario quedamos sin red de contención. Decía Irene Vallejo, que existía la posibilidad de que las primeras narradoras hubieran sido mujeres con eso de usar tanto la palabra tejido, trama, nudo, todas ellas, signos que se entendería más por los quehaceres. Esto lo traigo a cuento simplemente porque con este gobierno a las que primero nos van a quitar la red de contención es a las que sabemos de tejido, de bordado, de costura, y de remiendo sobretodo, y a los niños y niñas que se agarran con sus manitos nuestra pollera pantalón.
En esta trama literaria, podríamos seguir, parafraseando, ahora a Saer, de nuevo, y decir otros, ellos, antes, podía, comer. Dejando fuera a cualquier filosofía del recuerdo, porque parece que la clase media argentina ya no encuentra la embocadura de la memoria para llegar a lo que era, ha desviado el curso del rio. O el curso del rio los ha llevado a Plaza Lezama, ayer por la tarde, en los mismos micros que llevan a los militantes que ellos mismos llaman Orcos; el rio los llevo a una plaza pública, a escuchar un discurso, vistiendo remeras, portando banderas, cantando canciones que ni siquiera riman. Y atrás de esa plaza, descansando, incómodo, el sable corbo de San Martin, porque en nombre de la libertad están haciendo una masacre olvidándose de algo que nos dijo nuestro Padre de la Patria y tendríamos que tener grabado a fuego: "jamás derramare la sangre de mis compatriotas y solo desenvainare mi espada contra los enemigos de la independencia". Me da escalofríos recordar la última vez que estos discursos de odio movieron tantas masas de gentes, en fin, cuando se gana portando una motosierra, la culpa no la tiene el que la porta, habría que hacer un análisis sociológico muy serio, porque esto es multifactorial, o por lo menos ponernos a releer la banalidad del mal de Hannah Arendt
Entiendan lectores que estos números de pobreza hay que leerlos, como ya les dije en otras oportunidades, como resultado generado por este nuevo libertalismo, leerlo como movilidad social descendente. Lo sabíamos bien, esta era la idea, detrás de todas las mentiras que venimos escuchado y seguiremos escuchando, la casta, para los conservadores, o seudos libertarios, siempre fue la clase media. Esa que podía comprarse un aire acondicionado y prenderlo para dormir la siesta del domingo. Les recuerdo la frase que pronunciara en la UIA, el actual presidente: “Vinimos a achicar el Estado para agrandarles el bolsillo a ustedes”, y les recuerdo, de paso, el aplauso orgásmico de los industriales.
Entonces, cuando muchos creen que la política no sirve para nada, ahí la veo, ¡se dan cuenta lectores que acá, y a éste gobierno, la política de la crueldad les está funcionando! ¿Por qué entonces deberíamos rendirnos y decir que la política no sirve para cambiar las realidades? Miren como el león “estaría pudiendo”. En fin, descreídos de las bondades de la política para pintar el paisaje habrá muchos y muchas, pero ahí esta la evidencia, acá está el cuadro, la obra maestra del león, y también la pintó con política, claro que no son los mismos colores con los que pintamos otros y otras. Un poco como dice la canción azul pintado de azul, prefiero el verde de nuestros pastos verdes y el marrón de nuestro rio marrón, y el naranja de nuestros amaneceres naranjas, y el violeta de nuestros atardeceres violetas. Un mundo multicolor, como su gente, fresca y feliz, no derretida en este infierno.
Que nosotros no tenemos plata, que somos un país sin riquezas, ni talentos, un país de brutos mediocres que no nos merecemos vivir bien etc. ¿Se la van a creer lectores? Ustedes son más inteligentes que este león, ustedes pueden leer los rostros de sus vecinos, pueden ver las caras de la gente que pasa por sus barrios, pueden darse cuenta que este gobierno es la verdadera grieta, es la brecha más profunda de toda nuestra vida democrática, de un lado estarán los ricos, y del otro los pobres, lo que había en el medio, es la grieta, el hueco que ya no está.
Entonces era literal eso de volver a los años 80 del siglo diecinueve, entonces es imperioso salir todos y todas el próximo 2 de octubre a defender la universidad pública. Y salir a defender nuestra línea de bandera, y salir a defender nuestros recursos naturales, y salir a defender a nuestros abuelos, y salir a defender la patria, porque la patria no se vende. Se aprecia claramente que el que vino a destruir los ismos, inventó uno nuevo, y donde hay poder hay contrapoder diría Foucault, allí estaremos.
Acá, en la ciudad de Maria, la temperatura es aún más alta, llego a 55.2 Celsius, y ya hemos probado el sabor del monopolio del transporte, la privatización del cementerio, los parques, el teatro, el agua y la salud. Somos adelantados en eso del voucher para los que tienen carnet de pobres, y destruir lo que tanto costó levantar, aunque no tengamos edificio aun para una escuela. Somos tan adelantados que vendemos inmuebles del dominio público sin que antes pase por el Honorable Concejo Deliberante el tratamiento de su desafectación al dominio privado. ¡Miren que adelantados que somos!
Lo más preocupante lectores es que en este incendio de 52.9 Celsius, el jueves reglamentaron otra parte del esperpento para seguir echando nafta, la parte que refiere al nuevo régimen laboral, ahora si va a ser un régimen, dieta de derechos.
Decíamos que la manteca es noble, y dura 6 meses, como el periodo de prueba de las y los nuevos trabajadores precarizados. Bueno, sea como sea, no nos hizo falta seis meses para conocer de verdad a este presidente, como tampoco hace faltan seis meses para conocer si un empleado es bueno en su puesto de trabajo.
A estas alturas lo que más me preocupa es que no se está cumpliendo con el pacto democrático toda vez que nos mienten en campaña, y nos mienten en el ejercicio del cargo. Como salir de esta encerrona, volviendo dos párrafos atrás, tendríamos que ver a los adelantados, y comprarnos un polígrafo, porque el problema más grande ayer hoy y siempre de los mentirosos es que nos dicen una cosa y hacen otra.
Me estoy desviando en estas últimas columnas y me he olvidado mechar tanta pálida con cosas bellas, para no hacérselas tan pesada, que siempre hay, queridos lectores, porque si miramos muy atentos aun podremos ver los colores, sentir el aire en la cara, sentir el sol de primavera. En los tiempos del mundo y el espacio, que no son los tiempos de nosotros, pequeños mortales, minúsculos, que vivimos un segundo en comparación, la luz siempre avanza sobre la oscuridad. No se sabe bien de donde viene esa chispa, algunos la llaman Dios, otros solamente una singularidad; sea lo que sea, y tenga el nombre que tenga, es mucho más extenso y más infinito que este momento que estamos pasando. ¿Qué les quiero decir lectores? que esto que nos está pasando, si lo medimos en el universo inmenso que nos rodea es una milésima de segundo de vida, es como esa milésima que sucede entre que exhalamos y vaciamos los pulmones para luego inhalar y volverlos a llenar. Ahora estamos casi llegando a esa milésima, donde sentimos que ya no nos queda más aire, pero recuerden, instintivamente, todos y todas, en esa precisa milésima, no podemos evitarlo, respiramos. Se llama instinto de supervivencia, y es imparable. Tarde o temprano, algún bombero contrariado, de éste ejercito de destructores, en vez de quemar el libro lo mira y lo empieza a leer…
“...Un fantasma ronda por Europa..”
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