Voy de mi corazón a mis asuntos ...Ay Miguel…

Por Belén Mozzicafredo

Así siento mi Argentina esta semana.

Esperando que se me pase esta tristeza busco que me dejen la esperanza. Esperando que vuelva a florecer mi país, mientras el odio se amortigua detrás de la ventana. Buscando reminiscencias que me den tranquilidad, rasguño hasta el fondo mis cajones, mis estantes, mis cuadernos.

En algún lugar debí dejar todo lo que necesito ahora, y si no lo deje yo, seguramente me lo dejaron los gigantes que me sostienen para ver más lejos. ¡Vuelvan musas a mis ojos que están tan obnubilados! La política es un amor profundo por el otro, un amor costoso, nos cuesta vida, nos deja el alma seca, la piel ardiendo, los ojos vidriosos.

La política deja huellas ondas, surcos hace con sus azadas en nuestra carne, para sembrar semillas del porvenir, es nuestro cuerpo su tierra, es inevitable que se nos rompan las células para que broten el tallo, que nos desangremos para alimentar la floración.

Esta columna no les dará respuesta que aclaren lo que está sucediendo. No al menos explicaciones técnicas, ya pasamos esa etapa, y saber casi no sirvió de nada. Más bien es un grito silencioso de denuncia, sin idealismos, porque esta pedagogía de la crueldad que utilizan los presentes actuales, nos baja a tierra y nos calla cualquier utopía. Ay Miguel como me duele tu niño yuntero, te cuento que hoy se va a dormir sin comer, lo dicen las estadísticas, esas que nos muestran lo que no vemos con los ojos.

¿Qué pasa con la comida que no alcanza para los niños ?, quién se come lo que les corresponde, quién esta gordo a reventar. ¿Y el Rio? Como me duele el rio, ese que ya no canta, como diría Serrat, me decían que por, el Molino Santa Clara, donde estan cambiando el curso, como si necesitaramos cambiar el curso de las aguas!, me pregunto si el A.D.A. no tiene injerencia allí.

San Nicolás de los Arroyos se transformó en San Nicolás de los Chorros, cada vez más fino el cauce. Cómo duele la plaza de Rojo que arrasaron custodiando la maldad con patrulleros, para que los vecinos lloren en silencio, adentro de sus casas, shhhh, ya pasa, todo pasa. Pasa, como pasó con el polideportivo Garetto, y como pasa con tantas cosas que nos sacan. Shhhh ya pasa, una herida más… ya pasa. Decia Rene Girard, me diran, ¡andate a vivir a Francia con tanto filósofo francés que nombras! ¿Pero no es que ya estamos en Francia?¿, No es Francia la avenida Alvear de Buenos Aires? ¿No es San Nicolas Nicolás una petite Paris?… Decia Renée y solo voy a sintetizarlos, que la violencia y lo sagrado, son una misma cosa, que se vuelve sagrado aquello que neutraliza la violencia colectiva para que no nos matemos los unos a los otros.

Lo político es violento en cuanto debe ser el medio para que las violencias se canalicen a veces, creo que este es el momento, mal momento, y no explote el mundo por todos lados. Pero cuando todo el odio se junta, cuando el dolor ya no calla, cuando el sufrimiento es tan grande, decia Girard ,Rene que el sacrificio producia una ruptura de distención, y para eso estaban los lideres, los políticos, los chivos expiatorios. Elijamos un chivo expiatorio a ver si con eso dejamos de querer suicidarnos en esta epopeya clasista., donde algunos resurgen y otros se hunden hasta el fondo.

Elijamos un chivo expiatorio, hagamos el sacrificio, terminemos con la violencia y volvamos a empezar.

Hoy es poco lo que puedo decir, leamos a Girard y sigamos avanzando en la política, o en el sacrificio. Pero miremos bien a quien o que estamos sacrificando.