Hacerse la película mal

Por Belén Mozzicafredo

Tener un presitopo hubiese sido el sueño de Mickey Mouse. Nosotros no vivimos en Disneylandia ni en Hollywood, pero estamos dentro de un parque de diversiones arrumbado y somos la Rosa purpura del Cairo, en plena depresión del ´29. Sea como sea, si le preguntas a algún actor o empleado de esos dos emblemas internacionales te dirán que son explotados continuamente, en el país de la libertad, se necesitan esclavos en serio para “Make america greate again”

Sigo con mi cantinela de que el presidente no entiende cuando lee, ahora lamentablemente le debo sumar un problema más, no entiende ni una película yanqui, y miren que están hechas para que las entienda cualquier chino, sin desmerecer a los chinos, a los que felicito por no renovarnos el Swap a menos que le pidan disculpas públicas desde cancillería. 

No estamos hablando de Salvo, en el eternauta, estamos hablando de Arnold S (resumo) que solo conocía cuatro palabras cuando llego de Austria. 

Lo que no nos cabe ninguna duda es que este presidente tiene una fijación con Austria, diría otro gran austriaco famoso que descubrió que un cigarro no es un cigarro, y a todo le encontraba su lado perverso, retorcido y sexual.  Lástima que no lo conmueva también, a éste presidente, esa Austria que dejo morir de malnutrición al mejor compositor del mundo y lo sepulto en una fosa comunitaria.  Como sea, ya no me divierte tanto nivel de ignorancia, mezclado con psicoanálisis barato llamado coaching ontológico, se me nubla la vista imaginando al gabinete de ministros haciendo una constelación familiar para ver quién se queda y quien se va la próxima.

En la semana hasta hubo gente que se creyó que “Terminator” venía a salvar el mundo. Después con un poco de paciencia y mucha pedagogía, o simplemente mirando la película de nuevo, comprendieron que en realidad el objetivo era matar a Sarah Connor para que no naciera John Connor el líder de la resistencia de aquel mundo apocalíptico, o sea que Milei se equivoca en viajar para atrás a esta época tan insignificante, más bien debería haber viajado hasta Lobos antes de octubre del 1895 y matar a doña Juana Sosa, aunque de seguro le hubiese sido muy difícil asesinar a un aguerrida Tehuelche originaria. O aprovechar el año y asesinar a las futuras madres de los bolcheviques del ´17, incluso antes, para que Nietzsche no escriba sobre el superhombre, incluso muchísimo antes, podría haber decidido ir antes de la revolución francesa y matar a la madre de Saint-Simon, y me detengo ahí, porque como buen judío que se dice querer ser, sabrá muy bien nuestro dear Mr. President, que al primer socialista de la historia lo mataron en una cruz hace casi 2000 años, pero el socialismo siguió en pie. 

En fin, volviendo a mi querido Salvo, estábamos reflexionando acerca de que el presidente no entiende una película yanqui, no un libro donde mínimamente tenés que buscar en el mapa de Buenos Aires para imaginarte la resistencia preparándose en la cancha de River, o a una familia en pleno Vicente López, jugando al truco y mirando una nevada toxica que mata todo lo que toca. 

Volviendo al ídolo máximo de nuestro “comic con president”, nobleza obliga: ¿hay que aclarar que, una y otra vez, en sus varias secuelas, Sarah Connor, una simple empleada de un restaurante, destruye al exterminador? Tan fácil como usar trigo envenenado para disecar un topo.

Disculpen lectores, esta columna salió bastante tétrica, lejos estoy de querer que a este Presidente le suceda algo malo, al contrario, soy de las que espera gustosa ver cómo termina la película. Y no solo quiero ver cómo termina, sino que quiero verla en Netflix contada para el resto del mundo. Porque una cosa es la opinión interna, pero otra más preocupante y vergonzosa, es saber cómo nos ven en el mundo.
La ley bases ya se va desarrollando en Skynet, los primeros simulacros se pudieron ver esta semana cuando un remisero fue encontrado llevando a su hijita recién operada en el baúl del coche. Alegó el empleado negreado en libertad que no tenía con quien dejar a su criatura y que si no trabajaba no cobraba el dia. ¡Anoten Lectores! El futuro apocalíptico que les tocara a la clase trabajadora, ni el derecho a enfermarse les dejaran, ni a ellos ni a sus hijos a cargo.  Este presidente “declarará una pandemia de salud” (como decía un médico del San Felipe cuando no encontraba insumos), ya lo verán, así no se necesitarán ni hospitales, ni remedios, ni licencias. Por decreto todos estaremos sanos, aunque para estar salvos nos falte bastante.

El segundo simulacro se conoció con un poco de atraso, como suelen llegar los estrenos al sur de américa, y el remake de la película “La Purga” fue primicia en los noticieros y periódicos que explicaban azorados el calibre de los rifles de aire comprimido que usaron los cuatro “pibes bien” que salieron a cazar indigentes, es importante aclarar, no por racismo sino por conciencia de clase que eran judíos los púberes cazadores. ¡Viva la libertad Carajo! … grito uno de ellos.

Por los pagos de San Nicolás también estamos en onda Hollywood, al parecer vamos a cambiar una terminar de ómnibus por un complejo de cines, si total para los colectivos que hay que ver.

Estamos invirtiendo mucho los nicoleños con las tasas de desarrollo urbano, como siempre, en calles y veredas nuevas, no hay nada más lindo que romper una vereda nueva para hacerla de nuevo, total no tenemos suficientes problemas económicos y desde la gobernación nos mandan puntualmente los fondos que nos faltan. Eso sí, las escuelas públicas están esperando pintura, calefactores, luces, persianas, pizarrones y “seguridad”, porque encima que son pobres nuestras escuelas, cada dos por tres las desvalijan. ¿No se podrá poner un par de camaritas con la plata del fondo educativo? Tiro ideas…dijo Schwarzenegger desde Skynet.

Dicen los que saben, que, en el mundo del futuro, no solo no nos enfermaremos, sino que tampoco necesitaremos comer, por eso nos están acostumbrando desde ahora. ¿O será que quieren que vayamos como ratas a asaltar los galpones de capital humano para poder probar sus taser? Y se me viene otro libro y otra película a la cabeza, “1984”, el gran hermano versión argentina, con un vocero anunciado que subirán las “choco raciones” mientras nos cuenta también, en altoparlantes, la cantidad de “dólares” gastados por el gobierno anterior en ítem impúdicos como seminarios y congresos feministas, o el crecimiento de la producción de ginebra y la baja de enfermos de tuberculosis en las zonas proletarias. ¡Atención, por segunda vez, lectores! que cada dos días estamos emulando alguna película distópica en nuestro bendito país. Y ya hay más de 10 para poner en la cartelera del próximo CINEBUS nicoleño, empezando por los “Los Juegos del Hambre”, “Mad Max”, “Blade Ranner”, “Matrix”, y los sábados “El cuento de la Criada” para poner a tono a esta ciudad anti misoprostol.

Me quede prendada con Oesterheld, que linda historia, darse cuenta que volviste y Martita y Elena y tus amigos están vivos, y prontos a jugar al truco, yo también saldría corriendo a su encuentro, ponéle, si me diera cuenta que volví y estamos en el 2010, esperaría contenta una cadena nacional que nos diga que el congreso sancionó un nuevo derecho. Ni hablar de la alegría de regresar a un momento donde el querido Oesterheld pudiera encontrarse en vida con sus cuatro hijas, sus dos nietos en camino y sus yernos.

Para no terminar la columna de este domingo con un horrible “hasta la vista, Baby” les dejo esta joyita: 
"El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, solo" dijo Oesterheld, en las antípodas de Terminator.

"El único héroe válido es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, solo"