La indignación de los indignos

La oposición está indignada, dicen los diarios indignos. Se indignan por el plan de vacunación los que degradaron el ministerio de Salud a secretaría y dejaron vencer millones de vacunas. Se indignan por la economía los que nos endeudaron por cien años, devaluaron, ajustaron y fugaron miles de millones a cuevas fiscales.

Se indignan por el trabajo los que cerraron más de 27.000 PyMes y llevaron a la quiebra miles de comercios e industrias. Se indignan por los derechos y la seguridad los abanderados del gatillo fácil, los asesinos de mapuches y pibes pobres por la espalda, los condecoradores de verdugos, los impulsores de la libertad a represores.

Se indignan por la Salud Pública los que desfinanciaron hospitales y dejaron en ruinas el sistema. Se indignan por la educación los maleducados, los ignorantes que apalearon docentes, no construyeron escuelas, mataron a trabajadores de escuela pública, como Sandra y Rubén, con su desidia y ahora salen a hacer campaña con cara de estampita. Los que escondieron las netbooks se indignan por el acceso a la educación, los que enviaron viandas podridas a las escuelas y les sacaron hasta la calefacción ahora se indignan por las presencialidad. Ya ahora, en manada, los indignos indignados de la oposición, los que se rascan para la foto porque no saben hacer otra cosas desde hace años, se indignan, en los diarios golpistas y las redes, por alguna frase de campaña. Son los mismos de "hay lugares donde el agua sobra y lugares donde el agua falta". Los de "gauchada viene de gaucho" y "la grasa militante".

Son los autores de "el mar es muy grande y el submarino muy chiquito por eso no lo encontramos", "yo quisiera saber qué tan pobre es un pobre" o "queremos un país donde se pueda despedir sin que haya protestas sociales".

Se indignan por Bolivia los que les vendieron armas y municiones a los golpistas para reprimir y asesinar ciudadanos bolivianos. Los indignados, burros, estafadores, entregadores del país y su pueblo, los que comparaban a Maldonado con Walt Disney o cambiarían las Malvinas por vacunas, se indignan por una frase que hiere su sensibilidad conservadora y anacrónica. No nos va a aniquilar ningún virus, lo que nos va a destruir, si no la detenemos cuanto antes, es la hipocresía.

Texto Ipolito