Venció el plazo de las alianzas y el pescado sin vender

Hola! Ya venció el plazo de alianzas y, como siempre, lo importante no es quiénes se juntan, sino quiénes se quedan afuera. Porque si hay algo que el peronismo sabe hacer bien —además de reinventarse, fragmentarse y volver a unirse como si nada— es esconder la pelota hasta el último minuto.

En San Nicolás, por ejemplo, ya empiezan a sonar los nombres. O mejor dicho, los mismos nombres de siempre. Porque esto es como una remake de una remake: parece nueva, pero ya la vimos. La lista del peronismo, dicen, la encabezaría Cecilia Comerio o Danilo Petroni. Uno de los dos. O los dos. O quizás ninguno. Porque en el peronismo nunca se sabe, y en San Nicolás menos.

¿Y el Frente Renovador? Bien, gracias. Se queda afuera. ¿Motivo? Muy observado. Demasiado observado. Casi con lupa. Y no por su capacidad de gestión, ojo… sino por haber sido parte del ya legendario “Vacunatorio VIP”. ¿Se acuerdan? Aquella gran muestra de cómo convertir un derecho en privilegio con carnet de amigo. Ahora, lo importante viene en estos días. Porque empieza el verdadero show: las listas.

Se barajan nombres, se negocian lugares, se reparten cargos como si fueran figuritas del Mundial. El MDF —Movimiento de Defensa Federal, para los desprevenidos— entra en la mesa con Naldo Brunelli, histórico, inamovible, inoxidable. La Cámpora se sienta con Cecilia Comerio, que además quiere la lapicera. Y por el Frente Renovador aparece Lisandro Bonelli. Sí, Bonelli. El apellido pesa, aunque el presente pese menos. Y todos —absolutamente todos— dicen querer la unidad. Pero unidad con condiciones. Unidad, sí… siempre que me toque encabezar, poner a los míos, y controlar la caja.

La unidad es el nombre que le ponemos al miedo de perder. En fin…

Mientras tanto, del otro lado, la oposición se ríe. Pero también juega. Porque si el peronismo no cierra, pierde. Y si cierra… también puede perder, pero al menos con estilo.

Estamos en la Argentina. Todo cambia para que nada cambie.

Y en San Nicolás, los nombres son los de siempre, solo que a veces con otro peinado.

Nos vemos en la próxima