La salita de Rojo no se toca

La 188 no es de Passaglia y los significados en pugna son los que se cruzan, pero no de un lado y otro de la ruta, sino de un sólo lado; el de la necesidad, la verdad y el atropello de los mismos de siempre...

La participación de los vecinos comienza a estar en boca de todos; los vecinos dicen presente y hacen valer sus valores.  Los valores propios, los comunitarios, los valores que como símbolo, defiende a los hijos, a los abuelos, a las familias. Porque los vecinos saben dónde hay necesidades.

No nos interesa denunciar a Passaglia sólamente, porque entre la política pública participativa y su interpretación; es decir, entre las ideas    y la realidad, existe un significado en pugna y eso no nos deja más que el lugar de la lucha.  Nos quieren sacar la atención de la salud, nos quieren sacar la atención de las emergencias y las urgencias.  Nos quieren desmantelar cada vez, con alguna cosa nueva.

Nuestra participación no debe ser para analizar la participación que emerge de una necesidad como es la salud pública acequible a todos y alguna bandera que usan diversos actores en una misma realidad, o para otro análisis si se quiere, un desmantelamiento de lo público para hacer de la salud un espacio privado. Donde se le paga a un empleado monotriburtista para que les haga el carnet de pobre a los que van a la Salita y luego que todos los nicoleños paguemos la salud de todos en el ámbito privado.  Te preguntaste acaso cuánto nos cuesta a cada vecino, la atención de la salud en centros de salud mentirosos, donde no solo la salud es un negocio, sino además las distancias, la ruta, las emergencias, la vida misma?

Hoy los vecinos de Rojo, sin miedo, le marcan la cancha a un intendente que ni siquiera demuestra amor por los propios, y cuando decimos propios, hablamos de sus hijos.  No los ama, tampoco es amado y queda a la vista además cuando no da la cara.

Es como vecinos en pugna que luchan acaso por un pedacito de sol que los acompañe y no los deje solos como esta gestión que, primero amenaza su plaza con sus capangas y matones y ahora amenaza  la salud de toda una delegación y sus familias. 

Son miles los detalles que terminaron construyendo lo que se ve.  Una pueblada para que no les quiten la salita de Primeros Auxilios y con razón. 

En ésta ciudad hay cada vez más miedos, la ciudad del miedo que todo te lo quita. Donde hay miedo no hay lucha y sin lucha no hay verdad. Gracias vecinos