miércoles 26 de junio de 2024 - Edición Nº2030

Política | 16 jun 2024

En algún lugar de la República

Hubo una vez en que el pueblo ganó. Primero con Perón y después con Néstor y Cristina. Esa evidencia ni el sol puede taparla

- ¡Ay Ay, sabio oráculo de Delfos! ¿Cómo revertir este daño? ¡Con más política, estúpido!.. y no saquen los pies del plato.


Por Belén Mozzicafredo

“Eran sus ojos de cielo, el ancla más linda que ataba mis sueños
Era mi amor, pero un día se fue de mis cosas y entró a ser recuerdo
Después rodé en mil amores...¡Qué me van a hablar de amor!”
Homero Expósito

Escribir esta columna, en esta semana, me cuesta mucho. Quisiera empezar reiterando que la política se hace en la calle, somos seres políticos cuando nos mezclamos con nuestros conciudadanos, cuando habitamos los espacios, recorremos los senderos, participamos en la construcción social. Sin la experiencia de la calle no hay debate en el ágora.

Estoy tanguera porque esta semana anduve por mis Buenos Aires querido, además, porque nada más parecido a un coro del teatro griego hay. 

Acto Primero. El dia miércoles 12 (no el 13, que es yeta) llegamos enfilando por Hipólito Irigoyen, unas cuadras simples, una marcha como cualquier otra, vas llenándote de mística y cuando te acercas a la plaza empezas a ver las banderas, los colores, los globos aerostáticos flotando, las y los compañeros que te reciben. El ritual es así: te miras a los ojos primero, después pispeas la remera, sabes que la persona atrás de esos ojos decidió luchar por sus derechos, te alegras de no estar sola, te sube un amor infinito por esa persona que no conoces, y te nace un abrazo. Todos nos miramos con ese afecto, es un lugar conocido, transitado por las mismas huellas, te pones la mochila por delante para no molestar no porque tengas desconfianza, estas feliz, estas en casa, en tu país, en tu patria, con tu gente.

Cuesta mucho explicar, al menos a mí, lo bien que me siento cada vez que comparto esta común- unión. En esta épica en primera persona, me invade la diversidad, los olores de comida, los miles de colores, de ropas, de insignias, de banderas, de rostros, de vidas (Se los recomiendo a todos y todas, una vez en la vida, aunque sea). Si te pones a charlar con cualquiera en esa plaza, todos vinimos de lejos, todos vinimos en algún tren, en algún ómnibus, compartimos los mismos problemas locales, te das cuenta lo federales que somos, que les pasa lo mismo que a vos, y que ese dia, esa persona, también se levantó temprano, se tomó unos mates, abrazo fuerte a su familia y se fue a la plaza, a Buenos Aires, a poner el cuerpo, con un cartel en la mano, igual que vos, a hacerse oír, a buscar un sueño, pero sobre todo a buscarlo con otros y otras, colectivamente.

En Argentina no podés estar solo, aunque vivas en una gran ciudad, salvo que lo decidas, no más salir a la calle y la sociedad te abraza, aunque a la grasa de las capitales, como decía Charly, todo le resbala, la vida te envuelve, la gente te mira, te sonríe, y ese re-conocerse es muy de argento, o por lo menos nos gusta creernos únicos, o por lo menos eso le pasa a Buenos Aires cuando le entramos los del interior a apropiarnos lo que también es nuestro.

Reconocerse; como decía, calculo que en todo el mundo debe funcionar más o menos así, aunque de compadritos nos creemos que somos el mejor ¡movimiento! Nunca fui a una manifestación en Francia, ni en México, ni en Marruecos, pero seguramente deben ser iguales siendo tan miméticos los humanos.
“Si yo tuviera el corazón, el corazón que dí
Si yo pudiera, como ayer, querer sin presentir”

Acto segundo. De las fuerzas de seguridad que decirles, para qué hablar sobre algo tan manipulado, tan falange macedónica, si después cuando nos pasa algo llamamos al 911 y pedimos por ellos. Aunque tengo la cara un poco ardida todavía, seguro fue el sol que tomé; y los ojos rojos, pero éstas fuerzas no tienen nada que ver en mi caso, debe ser que no puedo dejar de llorar, pero no es nada externo, es más bien la impotencia, de la que nada tienen que ver los trabajadores de la represión, que son personas como nosotros, y se compran el buzón de los violentos infiltrados y después se llevan detenidos a los perejiles. Prefiero parafrasear a Rancière, uno de mis filósofos preferidos, y repetirles que hay policía cuando no hay política.

Nombro a algún maestro de mi vida, y seguramente mi compañero de militancia, guardaespaldas amoroso de marchas y revoluciones, necesario esperanza para esta cronopia, irá a googlear esto y se desenganchará de lo que viene, y me volverá a decir, que se pierde en mis relatos, porque se queda buceando en cada palabra. Pero qué otra cosa es la vida sino eso, perderse en cada significado y reencontrarse con el relato más tarde, para que las cosas no te pasen de largo. 

“No, permanecer y transcurrir no es perdurar, no es existir, ni honrar la vida..
Hay tantas maneras de no ser, tanta conciencia, sin saber, adormecida.
Merecer la vida no es callar y consentir, tantas injusticias repetidas,
 es una virtud, es dignidad y es la actitud de identidad, más definida
Eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, 
porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida
No, permanecer y transcurrir, no siempre quiere sugerir, honrar la vida
Hay tanta pequeña vanidad, en nuestra tonta humanidad, enceguecida
Merecer la vida es erguirse vertical, más allá del mal, de las caídas,
 es igual que darle a la verdad y a nuestra propia libertad, la bienvenida
Eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida”

Te perdiste de nuevo, si, te hablo a vos, te fuiste a buscar el disco “Con las alas del alma” de Eladia Blázquez, pusiste la última canción. Perdonáme, un poco me distiendo con la música y los libros dentro de tanta tragedia, por eso escribo así, porque la realidad toda junta y sin ficción es imposible de deglutir, y además condensar en pocas páginas tantos “sucesos argentinos” es difícil, y más si tenés que usar artilugios literarios y escribir para que entiendan solo los que saben bucear por la vida, que escribir sobre política esta analizado algorítmicamente por los servicios.

Replegarme en la música y en los libros siempre me da paz, por eso me gusta compartir esos senderos de palabras con los que considero mis iguales, para despabilar los corazones de los que me leen y darles esperanza, con eso me conformo. Replegarse es necesario, sobre todo después de estos momentos de tanta injusticia, pero, ¿quién dice en este país qué es justo y que no? ¿Acaso los humanos para sobrevivir no hemos delegado en una sociedad todas estas cosas?

Acto tercero. Si, los pequeños habitantes, esos que andamos a pie por la vida, aunque vayamos en autos carísimos, delegamos dia a dia en nuestros hermanos y hermanas, TODO. Delegamos en las maestras la instrucción de nuestros hijos, en los médicos nuestra salud, en los artistas nuestras alegrías, en la policía nuestro cuidado, en los jueces nuestras reyertas personales, en los legisladores las normas, en los ejecutivos nuestros recursos ¿no es eso acaso una sociedad civilizada?: delegar, confiar en otro. Seguimos creyendo que ese es el camino, no queremos volver a la ley de la selva, no creemos en un rey león que nos ruja y nos coma. Nosotros, los que andamos a pie, aunque vayamos en autos carísimos no podemos comprender a un presidente conspiranoico que no confía en sus funcionarios ni en el pueblo que quiere liderar, que se maneja rodeado de una minoría, creyendo que lo eligieron las fuerzas del cielo, y se olvida del pueblo multicolor, multicultural. Teme a ese pueblo, odia a ese pueblo, y se queda con los que van en autos baratos a puro bocinazo, apurados, molestos porque les detenemos el reloj por un momento, le suspendemos la marcha para que, también, puedan pensar qué están haciendo con sus vidas, miren a sus iguales y se reconozcan.

La política tiene que ser eso, no puedo estar tan equivocada. Levantarte en tu ciudad y caminarla sintiéndola propia, confiando que otro la barre por vos, la cuida por vos, piensa por vos como ponerla más linda sin estafarte con las tasas, confiando que alguien está cuidándote para que vos puedas transitarla, que tus hijos están aprendiendo cosas valiosas que le servirán para desarrollarse, que ese asuntito que tenés con tu vecino lo resuelve una jueza sin prejuicios, y que dictará un fallo justo. Saberse escuchado y atendido, servido, ad- ministrado significa eso, servido. Esa es la política en la que quiero creer, por eso me meto, le pongo el cuerpo, por eso pido que deleguen en mí, que confíen en mí, como yo confío en mis pares. Si no creyera que se puede revertir este daño, sino creyera que la democracia puede todo, hace tiempo que andaría como paria viviendo en el medio del bosque, en una montaña.

Este gobierno nacional, aun a seis meses de asumir, no ha nombrado a 2/3 de los funcionarios que deben decidir las cosas que le delegamos, y a los que ha nombrado ya los ha echado, no confía en nadie, hace consultas a las runas, a las cartas, a la borra del café, en vez de abrir concursos públicos de oposición de antecedentes y títulos. Dice que no le importa de qué partido político seamos, pero todos los que no pensamos como él somos “inmundas ratas, degeneradas fiscales y terroristas golpistas”, dice cree en la meritocracia, pero juega con las constelaciones familiares de su gabinete y pone y saca de acuerdo al feng shui del dia. Y así como si nada, el mismo dia en que se cumplen 42 años de la capitulación de Malvinas, con 649 caídos, nos mete de nuevo en una guerra que hasta puede ser nuclear, a nosotros, que apenas podemos pagar la luz y comer.
“La gente, que es brutal cuando se ensaña, la gente, que es feroz cuando hace un mal
Buscó para hacer títeres en su guiñol, la imagen de tu amor y mi esperanza”

Acto cuarto. Oscuro momento, caza de brujas, en serio que viene a destruir el estado y sus voceros terminan siempre con la palabra “FIN” alertándonos. Volvimos 2500 años a la oscuridad de la superstición, y aunque ya nos dimos cuenta que somos un minúsculo planeta redondo, tanto dijimos “ya salió el sol”, que sin darnos cuenta entramos en la nebulosa de nuevo, negamos la ciencia y la tecnología y volvemos a creer en las conjunciones planetarias para ver cómo nos va la suerte, mientras en los diarios vociferan que todo el trabajo dependerá de la inteligencia artificial, pero los soldados de la futura guerra serán de carne y hueso.
¡La suerte no existe lectores! Lo que llamamos suerte hoy son las decisiones de ayer, de la política, la palabra, el discurso y los hechos de ayer. Y, al igual que los tiempos de la justicia, los tiempos de la política son muy lerdos, recién en 15 años se verán los resultados de estas acciones. En 15 años… los futuros chicos desnutridos con menos neuronas, los imparables femicidios contra las mujeres y diversidades, los jubilados fallecidos, los explotados con sus autos medio pelo a los insultos contra sus prójimos, y no, contra los que tomaron las decisiones, no, estos ya no estarán, o serán indistinguibles escondiendo muy bien su olor a chiquero. 

Veremos atónitos como, uno a uno, van empezando a comunicarnos los decreto-ley extraordinarios, que les facultaron los vende patria, por cadena nacional. Veremos si nos quedamos cayados. Veremos qué hacemos, cuánto cuerpo seguimos poniendo, que es lo único que tenemos para poner y siempre lo ponemos nosotros.
“Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento.”

Acto quinto y último. En nuestra ciudad, en el plano político, el jueves se terminó el amor, y empezaron a gritarnos para que nos “dentre en el marote”, que a sangre la letra entra, que somos unos violentos que no aceptamos nuestra mala suerte. Hubo destrato, no se respetó el reglamento, y miren como habrá sido de evidente el arrebato de felicidad libertario por la ley que compraron, que hasta un radical defendió a un socialista, y yo festeje eso por lo menos, al fin. Cuando era más chica eso se llamaba “gozar al oponente”, y como buenos políticos que somos no lo aceptaremos, que acá en esta ciudad, de panqueques estamos bastante cansados. Y hace 15 días nadie salio a gozar al oponente por el IOMA. Ahora que tienen su ley, no solo los libertarios sino los radicales y peronistas trailoguistas pónganse a trabajar, que este país, como dicen los dueños de todo, “Solo sale adelante t-r-a-b-a-j-a-n-d-o”. Pero la verdad es que de eso sabemos los que estamos en esta vereda “garrando la pala”, revirtiendo los desastres sociales, ecológicos y económicos que tanto disfrutan hacer.
¡Terminemos ésta columna respirando hondo y agarrando, además de la pala, la pata de conejo queridos lectores!, los dados ya están tirados, vayámonos a lo Goyeneche, como buen punk del tango, y coro propicio de esta tragedia, hablando de la suerte loca.

Yo también entré a jugar, confiado en la ceguera del azar
y luego vi que todo era mentir y el capital en manos del más vil...
No me creés..¡Te pierde el corazón! ¡Qué fe tenés! ..¿No ves que no acertás?
¿Que si apuntás a cartas de ilusión son de dolor las cartas que se dan?

No me envidies si me ves acertador, pues soy el Desengaño...
Y si ciego así perdés, es que tenés los lindos veinte años...
El tapete es la esperanza y, a pesar de lo aprendido,
si me dan lo que he perdido, vuelve a hundirme la confianza...
¡Suerte loca es conservar una ilusión en tanto penar!
 

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