jueves 04 de julio de 2024 - Edición Nº2038

Política | 12 may 2024

Vos, ¿te rendís?

Cuántas personas reportaron una experiencia, por lo menos, de corrupción con el gobierno municipal y la familia en el poder desde el 2011?

El nivel municipal de gobierno tiene un peso importante en la experiencia de vida de las personas


Preguntamos ¿qué creen que harían las personas si el gobierno municipal les negara un permiso para construir su casa, habilitar un centro cultural, un comercio o le negaran una licencia para conducir?

Un ejemplo. Frente a una inconformidad en algún servicio o bien público, el ciudadano tiene cuatro posibles cursos de acción: I) Escapar al sector privado para comprar el bien o la cosa; II) Reclamar al gobierno para que arregle las cosas; III) Ser leal al gobierno y “aguantar” el mal rato; IV) Rendirse y aceptar que nada cambiará, y finalmente V) Jugar con el sistema y buscar una palanca. Usar “palancas” como tal, no es necesariamente un delito, pero sí es una práctica que facilita en muchas instancias la corrupción.

Salimos y le preguntamos a los vecinos de San Nicolás: ¿qué creen que las personas harían frente a un caso en el que tuvieran un problema con algún servicio médico en un hospital público? o sufrieron un hecho violento por parte de los inspectores de tránsito, entre otros ejemplos.  Las personas creen que la mayoría “emitiría un reclamo o una queja” (26%), le sigue “usar una palanca”  o tocar a un "contacto" (25%) y un 23% decidiría quedarse en el molde, porque éstos te señalan y perdiste. Finalmete llama la atención que un 18% señala que se rendiría pues “no hay nada que hacer al respecto”.

Esta familia en el poder en San Nicolás desde el 2011, simula ser transparente,y seguirá haciendo lo mismo. La política anticorrupción no puede estar en manos de quienes la llevan a la práctica y operan con la caja. Pero ¿quién se anima a operar fuera de la caja?

Los tipos de corrupción y la satisfacción con los servicios públicos.

Por ejemplo, nos llama la atención la relación que existe entre los servicios que ofrece ésta gestión y la gestión misma a la que muchos catalogan como corrupta pero que igual los siguen votando.

Analizamos los efectos de cómo se percibe la corrupción sobre la satisfacción con los servicios públicos que brindan los gobiernos mjunicipales,  como protección y presencia policial, alumbrado público, cámaras de seguridad, ambulancias, agua potable, cuidado de plazas y jardines, recolección de basura, prevención de enfermedades, . Para ello usamos una encuesta como modelo ordinal logístico aplicado sobre la calidad y el impacto gubernamental  desde 2011 en la ciudad de San Nicolás.  El análisis demuestra que para evaluar la satisfacción con los servicios, los ciudadanos emplean sus percepciones sobre la corrupción en los gobiernos y sus experiencias con funcionarios o trabajadores públicos. Encontramos que los cambios en la percepción de la gran corrupción pueden explicar con más éxito las variaciones en la satisfacción con los servicios públicos que los cambios en la percepción de la pequeña corrupción. Estos resultados muestran los costos no pecuniarios creados por la corrupción, que pueden debilitar la satisfacción con los gobiernos locales y los partidos políticos.

Sastisfacción con los sercicios públicos.  Ojo con esto, que no siempre es garantía, aún habiendo corrupción.  la corrupción pública se puede presentar en dos modalidades: grande y pequeña; la primera se manifiesta con acciones que pueden modificar decisiones políticas, leyes y regulaciones  para beneficiar a políticos influyentes, servidores públicos de alto rango y a actores privados.  En cambio, la pequeña corrupción se produce al implementar o ejecutar decisiones políticas; por ejemplo, suele manifestarse durante la provisión de los servicios públicos, cuando se decide cuándo y a quiénes se les ofrecerán.

Si los ciudadanos relacionan la ineficiencia en la provisión de los servicios públicos con la corrupción imperante, la satisfacción con éstos puede caer. En éstos últimos tiempos, los usuarios comenzaron a relacionar la corrupción con la falta de algún servicio, si se presenta –debido a los actos de corrupción– podría, por sí misma, provocar un aumento en el descontento con el servicio y con la gestión que no puede garantizarla porque desvía ese dinero hacia la empresa que magnifica sus ganancias y hacia las bondades recibidas en el bolsillo de los propios gestionadores políticos en vez de mejorar el servicio en sus comunidades.

La calidad y el diseño de los servicios que reciben los vecinos se asemejan a sus expectativas; entre mayores sean estas diferencias, menor será la satisfacción. Si los usuarios observan, se enteran o perciben actos de corrupción, los identificarán como causa posible de esta diferencia entre lo que obtuvieron y lo que esperaban, y podrían culpar a la corrupción y, como consecuencia, disminuir su satisfacción con el servicio público y con la gestión política actual.

La corrupción como un fenómeno  que le genera costos distintos a la sociedad.

¿Quién mide la corrupción pública, quién controla la corrupción pública?

Para combatir la corrupción, que como decimos, tan caro nos cuesta, se requeriría la revisión de manuales y reglamentos, el fomento de políticas de trasparencia, y el fortalecimiento de valores éticos en la administración pública y de los procedimientos de control y reglas informales que norman los incentivos de los funcionarios.  Si se lograra incrementar sensiblemente la probabilidad de que los actos corruptos puedan ser detectados, en la justicia por ejemplo, junto con los costos de ser identificado cometiéndolos, se podrá disuadir a cada vez más funcionarios y ex uncionarios a participar en estos actos.

Lo cierto es que el nivel municipal de gobierno tiene un peso importante en la experiencia de vida de las personas. Se ha convertido en un actor clave que incide en la vida de la ciudadanía, y sus acciones y omisiones nos cuentan y mucho a los vecinos. 

Las malas experiencias de los vecinos comienzan a hacerlos descreer de las buenas acciones prometidas, los premios recibidos cuya desconfianza radica en que compraron el premio y otra vez, con nuestro dinero.  Otro detalles es que ya se rumorea quién es el alto funcionario del macrismo que habría operado entre la famiglia y el juez federal Bailaque y todos empiezan a desconfiar más allá y más acá de las experiencias personales. 

Por eso hoy que las cuentas municipales como tantos otros años, no cierran, la comunidad se pregunta: ¿dónde está el dinero? adónde fue ese dinero?¿Qué hicieron con el dinero?

Vos, qué te imaginás?

Foto: ilustrativa

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