

A poco de conocerse la sentencia, recordamos a la familia Grobba y aquel incendio que se cobró la vida de su joven hija.
En el 2008 tuvieron una reunión con Pérez Esquivel. Luego de hablar con el destacado humanista, el matrimonio quedó un poco más tranquilo: “no queremos decir exactamente qué estrategia tenemos, pero creemos que él nos puede ayudar a armar nuestra presentación; en esta lucha no tenemos a nadie más que a las organizaciones de derechos humanos y a la prensa”, relataron.
Los hechos
El 14 de enero de 2006 la joven olavarriense María Laura Groba murió junto a otras tres personas en un incendio en un hotel de San Nicolás.
En el 2011 la familia Grobba decía: “Sabemos que todo este proceso será muy lento, pero no tenemos urgencias sino necesidad de Justicia. Nuestra familia, aunque lacerada y mutilada, está en pie para seguir este peregrinar que esperamos tenga el final que deseamos. Consideramos nuestro accionar, una manera de oración-homenaje hacia nuestra adorada hija”.
El edificio no tenía salida de emergencia y los bomberos de la localidad no contaban con escaleras para llegar al quinto piso. Sus padres, Cristina Antista y Horacio Groba, estuvieron con el Nobel de la Paz en una visita a Olavarría, para pedirle que les ayude a armar una presentación en el juicio. “Lo que surja como indemnización va para acciones comunitarias: no vamos a lucrar con la muerte de nuestra hija”.
Esa noche es imposible de arrancar en el recuerdo de sus padres- la ingeniera industrial olavarriense de apenas 22 años había regresado antes al hotel (“por la hora y porque jugaban Boca y River había poca gente, si no, morían muchos más”), le dijo Horacio Groba a unos colegas de infoeme.
Por una falla en un artefacto, el quinto piso se incendió. María Laura incluso llegó a llamar a su familia por teléfono: sólo logró hablar tres minutos y luego no se la escuchó más. Sin escapatoria, el humo que subió por la escalera interior como si fuera una chimenea la atrapó sin salida al exterior: no había escalera, el décimo piso no tenía balcón, la iluminación de emergencias era mala y había pocos matafuegos.
Hubo cuatro víctimas fatales: Eduardo Wilde y Elena Rouges de Wilde, matrimonio tucumano de alrededor de 54 años cada uno; Julia Arzac, de 42 años, también oriunda de Tucumán; y María Laura Groba, de 22 años.
Las graves consecuencias del incendio se completaron con 2 heridos, que fueron hospitalizados en el Hospital San Felipe y el Sanatorio Nuestra Señora del Rosario. Varios ingresaron con importantes quemaduras y cuadros de asfixia provocados por el monóxido de carbono.
En el 2008 finalmente la causa penal fue caratulada estrago culposo agravado, (antes accidente) y fueron imputados los socios gerentes del hotel.
Hace falta justicia para que aquellos muertos descansen en paz. NO podemos permitir que hechos como éste, “evitables”, sigan ocurriendo.
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